La rehabilitación del hotel Pieve Aldina, un monasterio del siglo XII en la Toscana, es un claro ejemplo de la forma en que los interiores contemporáneos pueden convivir armónicamente con la arquitectura ancestral, creando un ambiente donde lo clásico y lo actual se entrelaza para proponer una experiencia diferencial a los visitantes.
El estudio italiano Pierattelli Architetture llevó a cabo la remodelación de este hotel boutique, ubicado a una hora de Florencia en uno de los valles más bellos de la región de Chianti. El entorno natural, con sus colinas, olivares y viñedos, propicia el escenario perfecto para un escape de lujo en el que el paisaje se convierte en parte integral de la experiencia del hotel.
Pieve Aldina ocupa tres edificios históricos que datan del siglo XII y que, junto a una iglesia adyacente, forman parte integral del patrimonio histórico de Italia. Las 22 habitaciones y suites del hotel, así como su espacio de spa, restaurante y piscina exterior, se distribuyen en esos tres bloques, cada uno de ellos conservando su estructura original y su distribución, pero con un toque contemporáneo en los detalles
La iglesia adyacente, Santa Maria Novella, una de las más importantes de la arquitectura románica florentina, también forma parte del complejo y significa un elemento de gran valor histórico y cultural. El diálogo entre lo antiguo y lo moderno se expande transversalmente a todo el proyecto, haciendo especial hincapié en la conservación del alma del edificio original y sus rasgos arquitectónicos detenidos en el tiempo.

La renovación del complejo se realizó con un enfoque conservador que mantiene intactos muchos de los elementos que caracterizan la arquitectura histórica de la región. Las fachadas de piedra arenisca de grano fino, los techos de tejas tradicionales, los robustos marcos de madera, los patios amplios, los mosaicos en suelos y paredes, y los techos altos en las plantas bajas son algunos de los elementos que los arquitectos han logrado preservar para mantener el carácter de una casa típica de la campiña toscana.
Uno de los elementos más destacables de esta renovación es la incorporación de materiales tradicionales de la zona, como la terracota para los suelos y el mortero de cal para las paredes. Estos aportan una sensación de calidez y autenticidad, a la vez que se combinan con detalles modernos y elegantes, como lámparas de diseño de autor, mesas de estilo nórdico y muebles rústicos que hacen eco de la tradición italiana.

Predominan las piezas sobrias, en tonos naturales y madera, combinadas con otras en acentos de verde pálido, beige, blanco y tonos tierra. Para las paredes se optó por incorporar obras de la artista parisina Dune Varela, realizadas sobre losas de mármol de Carrera.
La elección de revestimientos cerámicos de Marazzi–marca líder en el sector cerámico internacional– logra equilibrar lo antiguo con lo contemporáneo de manera magistral en cada uno de los ambientes. Un ejemplo claro es la incorporación de un ladrillo de gres porcelánico que evoca la sensación de los azulejos artesanales hechos a mano. Este revestimiento está presente en las paredes del baño y proporciona un contraste visual con los suelos de terracota original de la residencia.

La convivencia entre lo antiguo y lo moderno define el carácter auténtico del restaurante, un espacio que antiguamente se utilizaba para guardar aperos de labranza y aceitunas. En sus 100 metros cuadrados el lugar mantiene su techo abovedado de hierro y terracota, conservando su belleza original, aunque con nuevos elementos de diseño que aportan un toque de sofisticación contemporánea.

El contraste entre el material tradicional y las soluciones modernas se extiende también al suelo del restaurante, donde la terracota en tonos beige se mezcla con las formas y detalles más actuales. La cerámica, en este caso, juega un papel fundamental a la hora de conectar a los huéspedes con la esencia de la Toscana.

La intervención de Pierattelli Architetture en Pieve Aldina demuestra que los proyectos de restauración pueden ser una oportunidad para fusionar el pasado con el presente. Honrando el alma del lugar, los materiales tradicionales como la terracota, el mortero de cal y los cerámicos, son elementos esenciales que definen el diálogo constante entre tradición antigua y diseño contemporáneo, sin sacrificar la esencia de un sitio con incalculable valor histórico.

































