Muchas de las creaciones de diseñadores emergentes –que por momentos se vuelven artistas y reversionan clásicos con una mirada contemporánea– se consagran como piezas de alta calidad y líneas modernas que rescatan la herencia de una escuela sólida y memorable.
Las raíces de esta tendencia se remontan al siglo XIX, cuando un grupo de diseñadores y artesanos buscó democratizar el diseño, desafiando la exclusividad del Art Nouveau. La década de 1930 marcó un periodo crucial conocido como la Edad de Oro del diseño escandinavo, cuando figuras emblemáticas como Alvar Aalto, Borge Mogensen y Verner Panton revolucionaron la estética del diseño al combinar utilidad y armonía en sus creaciones.
Con el paso del tiempo, este estilo ha demostrado una admirable capacidad de adaptación a los cambios sociales y culturales hasta representar no solo una elección estética, sino también una filosofía que valora el bienestar. Además, el diseño escandinavo se ha ajustado a las demandas de la vida moderna, creando espacios multifuncionales que responden a la necesidad de un hogar que, en muchas ocasiones, también hace de oficina.
La tendencia hacia la personalización permite a los consumidores mezclar piezas icónicas con elementos que reflejan su estilo personal, resultando en ambientes únicos y acogedores. Así, la revalorización del diseño escandinavo pone de manifiesto su capacidad para evolucionar a partir de un legado que celebra la funcionalidad y la estética. Su permanencia a lo largo del tiempo evidencia que, más que una simple tendencia, es una forma de vivir que sigue conectando con el sentir y hacer de la sociedad contemporánea.
¿Cómo crear interiores escandinavos?
Un hogar de inspiración escandinava muestra lo mejor del diseño simple pero funcional. Siguiendo ciertas pautas es posible crear estos espacios de líneas modernas y una estética impoluta.
AMBIENTES DESPOJADOS
Uno de los principios rectores del diseño escandinavo son los ambientes espaciosos, aireados, minimalistas e inteligentes. El mobiliario de este estilo es duradero y sin detalles excesivos. La consigna es un espacio ordenado para tener una mente ordenada, por lo que despojarlo de todo ornamento que no sea funcional es un buen punto de partida.
PALETA DE COLORES CLAROS
Los colores claros, con mucha predominancia de blanco, caracterizan el estilo escandinavo y realzan la simpleza de los ambientes. De piso a techo, esta paleta de colores potencia la iluminación natural del espacio, haciéndolo más fresco, pulcro y acogedor. Los acentos llamativos que se encuentran en la naturaleza, como el verde musgo o el gris carbón, pueden ser el complemento ideal para un entorno blanco y limpio.
CULTO A LA NATURALEZA
Una nueva mirada a los hogares escandinavos incluye incorporar el exterior a los espacios interiores a través de vegetación, materiales nobles y líneas suaves. Sumar plantas, así como incluir texturas orgánicas, permite crear un verdadero santuario de calma dentro del hogar.
ILUMINACIÓN NATURAL
Los nórdicos tienen un don especial para aprovechar al máximo la iluminación natural. Un método que suelen utilizar los diseñadores escandinavos es mantener las ventanas libres de accesorios como persianas o cortinas, lo que hace que se conviertan en un verdadero centro de atención y permitir que la luz natural entre de lleno sin limitaciones. En caso de optar por cubrirlas, elegir telas ligeras como organza o lino.
ACENTOS DECORATIVOS
Menos es más a la hora de pensar en los elementos decorativos de un diseño escandinavo. El principio que rige este estilo invita a mirar más de cerca los accesorios, priorizando la historia y la calidad de los objetos. Cuadros, libros, jarrones y tapices son apuestas comunes en las casas escandinavas, aportando un perfecto equilibrio de minimalismo y autenticidad. Las alfombras también son un recurso para sumar calidez y carácter.
AZULEJOS EN BAÑOS
Los azulejos en paredes de baño son la clave para reflejar luz natural y aportar brillo. Además, resultan el complemento ideal para una estética escandinava basada en la sofisticación y a la simpleza. Los motivos estampados sirven para contrarrestar las paredes blancas y agregar un toque de color sin perder la sencillez.
ELEGANCIA DISCRETA
La simplicidad es la esencia del estilo escandinavo, aunque manteniendo el toque justo de elegancia. La sofisticación se logra mediante el protagonismo de líneas simples y curvas presentes tanto en mobiliario como en accesorios. En este sentido el uso de materiales como mármol, madera y aluminio resulta un acierto.
TEXTILES COMO DECORACIÓN
En el universo escandinavo los dormitorios son un refugio para desconectar del mundo exterior. La ropa de cama de textiles naturales como lino, algodón y organza es una forma sencilla de incorporar diferentes texturas y colores a la habitación.
