Tanto para profesionales del interiorismo como para entusiastas del diseño, el estilo de una vivienda no es simplemente una cuestión estética: se trata de integrar elementos para crear una experiencia única, armoniosa y auténtica.
Hay corrientes y tendencias que moldean distintos estilos de un interiorismo a partir de la selección de materiales, la elección de muebles, la distribución de los espacios, el tipo de iluminación y más. Así mismo, los conceptos de colores, formas, patrones y texturas terminan por moldear la personalidad de los ambientes. Lo fundamental es que el estilo de diseño refleje la propia individualidad de los huéspedes de esa vivienda.
Orgánico moderno: la naturaleza al servicio del diseño
La naturalidad es tendencia también en el diseño de interiores: materiales sin tratar, luz natural y tonalidades inspiradas en el entorno como verdes, marrones y naranjas, definen un estilo de interiorismo en clave de armonía, equilibrio y confort.
Esta expresión orgánica moderna nace en la década del 30 cuando diferentes arquitectos inspirados por el funcionalismo encontraron en la naturaleza el punto de partida para crear diseños y composiciones que hoy vuelven a resurgir.
En estos espacios prima el equilibro compositivo de los elementos, fusionando arquitectura y naturaleza a través de materiales nobles, imperfecciones de líneas y texturas ligeras. No hay lugar para el exceso de elementos decorativos, sino que los ornamentos se eligen en relación a su funcionalidad. Las plantas son necesarias en esta escenografía, así como la madera o la piedra, generalmente relegadas a pisos y revestimientos.
Italiano neutro, entre la modernidad y el lujo que no ostenta
Inspirándose en los paisajes, la arquitectura, la moda, la gastronomía y el arte de Italia, este estilo combina calidad, elegancia y atemporalidad. La tendencia actual se inclina por líneas sencillas y colores neutros con acentos de dorado para un toque de lujo y modernidad.
El estilo italiano necesariamente exige un excelente diseño, buenos materiales y calidad de piso a techo. A su vez la sencillez es un mandamiento fundamental: la articulación del diseño se basa en el equilibrio estético, sin dar lugar a la ornamentación sobrante. Los acabados nobles como maderas, piedras y azulejos con patrones simples son clave, así como una iluminación sofisticada que puede elevar la originalidad a través de lámparas y artefactos con impronta. En el italiano neutro, los colores blanco, beige, gris, marrón y negro son la base para cualquier diseño.
Para pisos y revestimientos, las piezas de mármol aportan unos aires luxury que dialogan a la perfección con este estilo de interiorismo. En distintas variedades como travertino, calacatta y ónice, se trata de un material que evoca pureza, luminosidad y lujo.
Mid-century, el estilo de mediados de siglo con una reversión
Pocas décadas han generado tantos clásicos del diseño como los años 50. El estilo de mediados de siglo sigue vigente hoy en día a través de icónicas piezas que inspiran una época dorada de la industria.
Algunas características que definen el mid-century son los materiales de alta calidad como el cuero y la madera, las formas exuberantes, pero también orgánicas apoyadas en pies delicados, y las texturas opulentas como el terciopelo, la pana y el bouclé. Por otro lado, la combinación de acentos brillantes como bronce, plata y oro aporta ese plus necesario de glamur y sofisticación.
Llevado a revestimientos y pavimientos, el mid-century prioriza una estética orgánica inspirada en elementos y texturas que emulan elementos de la naturaleza, en tonos tierra y neutros, que a su vez se alternan con toques de colores vibrantes.
Estilo Bauhaus y una noble herencia
El estilo Bauhaus tiene un principio fundamental de arquitectura y diseño: que la función prime por sobre la forma. Los arquitectos y diseñadores de esta escuela priorizan la funcionalidad en lugar de la estética, recurriendo a materiales como el acero y el hormigón para crear formas depuradas. Los contrastes entre líneas horizontales y verticales, así como los bordes curvados representan la influencia Bauhaus que se erige en una geometría particularmente simplista.
El negro es un color muy presente de este estilo decorativo, alternado con el blanco, el gris y colores primarios como rojo, amarillo y azul, pero siempre siguiendo la premisa de “menos es más”. Los patrones compuestos por formas geométricas también son un clásico de esta escuela, inspirado en un diseño sencillo y atemporal.
En pavimentos el efecto cemento es un must para quienes elijan el Bauhaus. Existen piezas que capturan con precisión la apariencia del hormigón en bruto, destacando por su versatilidad y durabilidad.
Minimalismo japandí: simpleza, sofisticación y contemporaneidad
El minimalismo no solo sugiere eliminar la decoración en favor de superficies y paredes limpias, sino evitar objetos que no cumplen una función. Los diseños que no pasan de moda son la clave de este estilo en el que se priorizan líneas rectas y poca ornamentación. El fin es crear un ambiente que evoque la frescura y la belleza de lo simple.
El japandi es una mezcla de dos culturas, la japonesa y la escandinava, basado en una fuerte conexión con la naturaleza. A la hora de amueblar son protagonistas las materias primas naturales junto a las paletas de colores neutras y los tonos negros, terracotas y verde oscuro.
En revestimientos y pisos la fusión entre tradición y minimalismo se manifiesta en cerámicos que incorporan elementos clásicos, aunque con toques contemporáneos. Las líneas limpias y las formas modernas, en colores frescos, resultan una buena alternativa para complementar estos espacios.
Aires escandinavos para espacios en equilibrio
En estilo nórdico define ambientes acogedores, cálidos y confortables donde todo está teñido de colores claros y pasteles. El blanco es protagonista para crear ambientes ordenados, limpios, amplios y funcionales. Esta tendencia heredada de suecos, noruegos y finlandeses honra el diseño cuidado centrado en el amor por la naturaleza. En este sentido, el diseño nórdico se basa casi exclusivamente en materiales naturales como la madera, el ratán, el lino, el algodón y el cuero.
El secreto está en llevar la naturaleza a los interiores, evocando paisajes con lagos, bosques, montañas y otros para crear un ambiente rejuvenecedor, puro y fresco. Las líneas simples se combinan con una estética que lleva la pulcritud a otro nivel para dar como resultado un interiorismo acogedor y luminoso.
Los porcelánicos que replican la esencia de la madera son una buena opción si se opta por un estilo escandinavo. Este diseño aporte modernidad y sofisticación, y sirve tanto para revestir paredes como suelos, generando mucha calidez.
