El nuevo Museo Nacional de Qatar, NMoQ por su siglas en inglés, proyecto de Ateliers Jean Nouvel fue inaugurado recientemente, frente al extremo sur del paseo de Al Corniche, con una inversión de 434 millones de dólares y 40.000m2 construidos.
Para ello sus vecinos ya han inaugurado en Louvre en Abu Dhabi y anuncian otra sede del Guggenheim, utilizando la estrategia de asociación con entidades internacionales, a diferencia de Qatar que se mantiene con la política de fortalecimiento de instituciones locales.
Cuesta mucho construir un ícono y la historia de este se remonta hace 18 años cuando Nouvel propuso un museo subterráneo siguiendo la tradición beduina de protegerse del calor bajo tierra. Aquella propuesta no prosperó. “Comprendí que un museo nacional debe ser visible”, admite el arquitecto.
Este edificio lo tiene todo: identidad, relación con el lugar, referencia a un símbolo del desierto y tecnología punta.
Para ello sus vecinos ya han inaugurado en Louvre en Abu Dhabi y anuncian otra sede del Guggenheim, utilizando la estrategia de asociación con entidades internacionales, a diferencia de Qatar que se mantiene con la política de fortalecimiento de instituciones locales.
Cuesta mucho construir un ícono y la historia de este se remonta hace 18 años cuando Nouvel propuso un museo subterráneo siguiendo la tradición beduina de protegerse del calor bajo tierra. Aquella propuesta no prosperó. “Comprendí que un museo nacional debe ser visible”, admite el arquitecto.
Este edificio lo tiene todo: identidad, relación con el lugar, referencia a un símbolo del desierto y tecnología punta.
La estructura está conformada por una serie de discos entrelazados que emulan la rosa del desierto, el nombre coloquial que se le da a una formación mineral típica de la región del Golfo Pérsico.
La conformación radial del edificio alude a las caravanas donde se alojaban los beduinos en sus trayectos en el desierto. Como complemento, lo rodea un parque de 11 hectáreas de especies autóctonas.
El diseño alude a imágenes locales no solo en su forma exterior sino que conforma una respuesta al clima con grandes aleros, espacios sombreados y vegetación nativa para amortiguamiento de altas temperaturas.
La solución estructural se apoyó en 130 armazones de acero radiales y ortogonales, que sirven de cubiertas y cerramientos laterales, con radios de entre 10 a 43m que soportan paneles de revestimiento de hormigón reforzado con fibra (UHPFRC) para 120.000m2 de envolvente.
El diseño alude a imágenes locales no solo en su forma exterior sino que conforma una respuesta al clima con grandes aleros, espacios sombreados y vegetación nativa para amortiguamiento de altas temperaturas.
La solución estructural se apoyó en 130 armazones de acero radiales y ortogonales, que sirven de cubiertas y cerramientos laterales, con radios de entre 10 a 43m que soportan paneles de revestimiento de hormigón reforzado con fibra (UHPFRC) para 120.000m2 de envolvente.
Un elemento central del proceso fue la planificación mediante BIM (Building Information Modeling), con el que todos los diseñadores y contratistas involucrados pudieron contrastar continuamente los resultados de sus planes y diseños. Este modelo fue la única forma de manejar la alta complejidad geométrica y evitar choques entre componentes individuales. Se utilizó un sistema de software de Gehry Technologies para administrar el modelo BIM.
En cuanto al diseño interior, el estudio australiano Koichi Takada Architects (que ya había interactuado con Nouvel en proyectos residenciales en Sidney) fue el encargado de contar la historia del país asiático mediante líneas curvas, orgánicas y detalles de vanguardia.
Los visitantes serán guiados de forma interactiva a través de 1,5 kilómetros por las 11 galerías permanentes cuya pieza central del complejo cultural es el histórico palacio del jeque Abdulá bin Jassim Al Zani, hijo del fundador del Qatar moderno, perteneciente a la dinastía que rige desde 1850 en el país.
Todo en este museo trabaja para que el visitante sienta el desierto y el mar: será el hogar de los artefactos geológicos y arqueológicos tradicionales, las tiendas de campaña, las monturas y los platos serán testigos de la vida nómada, además de utensilios de pescadores, botes y redes. Pero también transitará la paradoja de reflejar tradiciones y futuro, con la construcción de una experiencia contemporánea con identidad a la que sumarán tecnología, modelos digitales, realidad virtual y proyecciones de gran escala.
Tiene un contenido altamente escenográfico que quiere arraigar una cultura nómada de pescadores de perlas reconvertidos en señores del petróleo y el gas natural.
Todo en este museo trabaja para que el visitante sienta el desierto y el mar: será el hogar de los artefactos geológicos y arqueológicos tradicionales, las tiendas de campaña, las monturas y los platos serán testigos de la vida nómada, además de utensilios de pescadores, botes y redes. Pero también transitará la paradoja de reflejar tradiciones y futuro, con la construcción de una experiencia contemporánea con identidad a la que sumarán tecnología, modelos digitales, realidad virtual y proyecciones de gran escala.
Tiene un contenido altamente escenográfico que quiere arraigar una cultura nómada de pescadores de perlas reconvertidos en señores del petróleo y el gas natural.
La relación entre el edificio nuevo y el antiguo forma parte del diálogo entre el pasado y el presente que promueve quien tiene a cargo la gestión museística y cultural del Emirato: Sheikha Al Mayass tiene 33 años, es hermana del actual emir y directora de los museos del país.
Es calificada por la revista Forbes como la “Reina indiscutible del mundo del arte actual” y es sin dudas una de las personas más poderosas en el mundo del arte, manejando un presupuesto anual de mil millones de dólares.
Es calificada por la revista Forbes como la “Reina indiscutible del mundo del arte actual” y es sin dudas una de las personas más poderosas en el mundo del arte, manejando un presupuesto anual de mil millones de dólares.
La familia real también tiene una enorme influencia en la industria de la moda: es propietaria de la tienda británica Harrods y de la casa italiana Valentino, entre otras inversiones globales.
Buscan “globalizar lo local y localizar lo global”. “Queremos mostrar que el islam es una civilización pacífica, una religión de tolerancia y conocimiento y no de terrorismo”. No estamos replicando a ningún otro museo del mundo, somos una institución con su propio estilo"
Según ella, este museo es la forma de ¨definirnos a nosotros mismos para siempre, en lugar de ser definidos por los demás, y celebrar nuestra identidad¨.
Doha es una de las ciudades más transformadas en la última década, donde ningún residente paga impuestos, razón por la cual es lugar de residencia de varios deportistas de élite.
Buscan “globalizar lo local y localizar lo global”. “Queremos mostrar que el islam es una civilización pacífica, una religión de tolerancia y conocimiento y no de terrorismo”. No estamos replicando a ningún otro museo del mundo, somos una institución con su propio estilo"
Según ella, este museo es la forma de ¨definirnos a nosotros mismos para siempre, en lugar de ser definidos por los demás, y celebrar nuestra identidad¨.
Doha es una de las ciudades más transformadas en la última década, donde ningún residente paga impuestos, razón por la cual es lugar de residencia de varios deportistas de élite.
Por si el arte no resulta suficiente, estadios firmados por Foster o Zaha Hadid se construyen por todo el país para la copa del mundo de fútbol 2022 que se jugará aquí, por primera vez en un país árabe. Y 2020 será la oportunidad de una exposición universal en el vecino Dubai, todos eventos que revitalizarán el turismo en la zona.
Según la jequesa: “Mi abuela es una de esas personas que vivieron en una tienda en el desierto, con una vida completamente nómada”. “No fue a la escuela –no sabe leer ni escribir– pero es una mujer informada porque escucha noticias, se rodea de gente educada y colecciona objetos maravillosos. Así que crecí viendo y observando cosas”.
“Creo que todo niño debe ser expuesto al arte, incluso si no terminan involucrados con ellas”, continúa, citando estudios que han hallado que los estudiantes expuestos a las instituciones culturales tienen una mejor empatía histórica, memoria educativa y habilidades de pensamiento crítico.
El arte representa el legado de las grandes civilizaciones.
La gente joven es el grupo demográfico más importante en el Medio Oriente y para involucrarlos, la jequesa desea desarrollar tecnologías como realidad virtual que habilite llevarlas a niños en hospitales, a la gente mayor que no puede salir de sus casas, o a las escuelas.
El mecenazgo de la familia no sólo ha puesto a Qatar en el mapa sino que también ha contribuido a reivindicar a los artistas de su país: los Al Zani no sólo compran en subastas, también tienen potentes programas de residencia de artistas. Se trata de un mecenazgo único, vinculado al rápido desarrollo económico y social del país, que entiende el arte como una poderosa herramienta de la diplomacia cultural.
Según la jequesa: “Mi abuela es una de esas personas que vivieron en una tienda en el desierto, con una vida completamente nómada”. “No fue a la escuela –no sabe leer ni escribir– pero es una mujer informada porque escucha noticias, se rodea de gente educada y colecciona objetos maravillosos. Así que crecí viendo y observando cosas”.
“Creo que todo niño debe ser expuesto al arte, incluso si no terminan involucrados con ellas”, continúa, citando estudios que han hallado que los estudiantes expuestos a las instituciones culturales tienen una mejor empatía histórica, memoria educativa y habilidades de pensamiento crítico.
El arte representa el legado de las grandes civilizaciones.
La gente joven es el grupo demográfico más importante en el Medio Oriente y para involucrarlos, la jequesa desea desarrollar tecnologías como realidad virtual que habilite llevarlas a niños en hospitales, a la gente mayor que no puede salir de sus casas, o a las escuelas.
El mecenazgo de la familia no sólo ha puesto a Qatar en el mapa sino que también ha contribuido a reivindicar a los artistas de su país: los Al Zani no sólo compran en subastas, también tienen potentes programas de residencia de artistas. Se trata de un mecenazgo único, vinculado al rápido desarrollo económico y social del país, que entiende el arte como una poderosa herramienta de la diplomacia cultural.